Domingo a la mañana, me despiertan los acordes y melodías del submundo (mejor dicho calesita y niños gritando)... el día está fatalmente luminoso... este panorama sólo pudo ser transformado por una llamada de mi primo Pedro, quien tenía una hermosa sugerencia para el día.
Desde la entrada ya pudimos apreciar los deliciosos aromas, mezclados con los sonidos de tortura y mutilación.
Yo, cámara en mano, no podía parar de registrar momentos, detalles, en fin... un almuerzo maravilloso. Es que realmente da mucha satisfacción ir a un lugar decorado con tanta exquisitez. Todo esta preparado para integrarse a una experiencia digna del más allá, comenzando por el simpático pan que ofrecen los mozos junto con un caluroso (incinerante) saludo.
Eran tan inspiradores los aromas provenientes de la cocina, que no pude evitar la tentación de husmearla. Ahi me encontré con el chef Beelzebub, quien, cansado de su vida en un castillo medieval en una ciudad perdida de Europa, decidió darle vida a este gran proyecto.
Beelze (como le gusta que le digan) dice que la cocina es un reflejo del alma del chef y por eso él se esmera en mantenerla a la altura de la propuesta y las expectativas de sus comensales.
De vuelta en la mesa, no pude evitar sorprenderme con lo novedoso del diseño de los menúes, a continuación la tapa.
Una imagen vale más que mil palabras, así que los dejo con fotos de las delicias que degusté. Arranquemos con los Chicken Fingers...
tan literales!!!!!!!! Sigamos con lo exótico, imposible resistirse a la tarántula asada.
Pasadas las entradas, disfrutamos un risotto...
Ya estabamos un poco llenos, pero no pude evitar pispear la mesa de al lado. Ellos sí que se dieron un festin!! cabeza de nena malcriada!!!
Cabe mencionar que este es uno de los pocos lugares en la ciudad que ofrece sangre real de víbora (víbora, víbora, víbora!!!!) para aplacar la sed causada por tan gustosos platillos.
Ya estabamos un poquito llenos para el postre pero no nos dejaron ir sin probar las emblemáticas donas con salsa arácnida. Hmmmm!!!
Y no podía faltar el detalle. Hay restaurantes que a la salida te dan caramelos, o chocolates... Beelze es más onda natural, su elección es una lustroza manzana para acompañar el camino a casa.
El mundo está lleno de aromas y sabores, salgamos a descubrirlos!!!
Beelze-Bar
Satanic Foods Inc.
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